Y… ¿POR QUÉ NO CABO SUR?

por Jorge Jové Sandoval 05/10/2015

Creo que todos nos hemos visto seducidos por los relatos de los grandes viajeros actuales (Miquel Silvestre, Fabián Barrio, Alicia Sornosa, etc.) o por las crónicas que encontramos en los foros moteros.

Y es que, ¿quién puede resistirse a esas fotografías de atardeceres imposibles con la tienda de campaña, una buena hoguera y la moto aparcada a su lado?.

¿Qué decir ante esas maxitrails que vemos cargadas hasta arriba con sus tres maletas, petates y bidones de gasolina, antinieblas, GPS, barras de protección, etc.?.

Pues que al común de los mortales “se nos cae la baba”.

Y… entonces surge la pregunta: ¿Podría yo hacer un viaje de éstos?.

Y… obviamente la respuesta: ¡Pero dónde vas tú “alma cándida”!.

Lógico, y además parece que todos estamos “obligados” a realizar el viaje por excelencia: Cabo Norte; viaje altamente relatado por la comunidad motera y, aunque, también a mí me atrae, no me veo actualmente capaz de hacerlo.

Y es que no todo el mundo dispone de 21 días ni de la capacidad económica para hacerlo, ni, lógicamente, de la experiencia en moto y conocimientos de mecánica como para embarcarse en una aventura así.

¡Pero yo quiero hacer “mi viaje”!.

Así que “mi viaje” ha de tener un destino llamativo y he de “poder” hacerlo.

Antes de deciros cuál es el destino elegido, perdonar que antes me presente:

PRÓLOGO

Mi vida motera empezó con la crisis de los 40 al comprarme un Suzuki Burgman de 125 cc con la convalidación del carné de coche (allá por los 18 años tuve algún escarceo con una Bultaco de 80 cc de mi hermano mayor y poco más).

Al año y medio me pica el gusanillo con las primeras salidillas en las que me adelantaba hasta Sor Citröen, y me saco el A2.

11.300 km después, vendo la Burgman y me compro una VStrom 650 nueva pero del modelo antiguo. Y me pongo con el carné A para poder deslimitarla.

Se amontonan las salidas alrededor de León, donde vivo, que cada vez son más largas y de mayor duración. Y empiezan los primeros viajes anuales con mi mujer (750 km en 4 días). Ah, y tres cursos de conducción en circuito y uno de trail.

Pero me sigue faltando “mi viaje”: hacerme un porrón de km yo solo (sin condicionantes del cansancio del pasajero) y a la aventura.

Así que, ¿dónde ir que esté relativamente cercano, dentro de la península por aquello de los idiomas y sobre todo la tranquilidad familiar, que no me cueste una pasta, pero que sea atractivo?... pues al punto más al sur de nuestra piel de toro: ¡Tarifa, mi Cabo Sur!.

Entiendo que para muchos este es un destino sin gracia, pero para mí sí supone un desafío, pues nunca he hecho más de 500 km en un día y nunca me he metido palizas de esas 2 días seguidos.

¡Ah! Solo tengo 3 días para ir y volver… y voy solo.

PREPARATIVOS

Pues los preparativos fueron, ¡ninguno!.

Simplemente llamada al taller para saber si pasaba la revisión de los 48.000 km antes de irme (tenía 47.100 km) o a la vuelta con unos 2.000 más. Mejor la pasamos a la vuelta. Pues genial.

En cuanto a la ruta, la idea era limitar todo lo posible las autovías a la ida y a la vuelta ya veríamos.

Respecto a los alojamientos, miré cuales me podrían cuadrar el primer día según los km que pensaba hacer, pero no reservé ninguno.

PRIMER DÍA. León – Monesterio (Badajoz). 650 km.

Así que el miércoles 9 de septiembre de 2015 a las 8:30 h salí hacia mi particular “Cabo Sur”: gasolina, presión a los neumáticos, nervios y arrancamos.

La primera parte del viaje no tenía secreto alguno: León – Medina de Rioseco (N-601 con café y abisinio en Cubero) me lo conozco al dedillo, pues soy Vallisoletano, pero elegí esta ruta porque me apetecía repetir el tramo Medina de Rioseco – Tordesillas por Torrelobatón (VA-515), donde me hice una foto con el castillo, y porque era la forma de evitar las autovías.

Tordesillas – Medina del Campo (autovía A-6) – Peñaranda de Bracamonte (CL-610 con foto en Madrigal de las Altas Torres) - Piedrahita (AV-105) sería un tramo de enlace para llegar a lo que realmente me apetecía, que era recorrer el valle del Jerte aunque no estuviesen los cerezos en flor.

(Medina del Campo)

Piedrahita (parada en el Barco de Ávila, donde adelanté a la única moto que vi en todo el día –una HD–, café y foto a su castillo) – Plasencia (N-110). Una pena que toda la carretera estuviese en obras por lo que hubo que ir despacio y no se pudo disfrutar del puerto de Tornavacas.

(El Barco de Ávila)

Gasolina en Jerte (con cierto suspense pues estaba en reserva) y continuamos.

Tras pasar Plasencia conseguimos dejar la A-66 Autovía de la Plata y tomar la N-630 a la altura de Cañaveral, donde paro a comer (hamburguesa, coca-cola y café).

Este tramo de nacional hasta Cáceres es una maravilla pues se va bordeando el embalse de Alcántara creado por el Tajo lo que conlleva curvas y más curvas y unas vistas impresionantes, aderezadas con la construcción de los viaductos de la futura autovía a Portugal.

(Cruzando el río Tajo)

Como el tiempo apremia y quiero llegar a Monesterio a dormir, no me queda más remedio que tomar la autovía en Cáceres hasta destino, al que llego a las 18:00 h, no sin antes acercarme a Zafra y retratarme delante de su castillo, hoy día Parador Nacional.

(Zafra)

Resulta que en el pueblo celebraban la 26 edición del Día del Jamón de Monesterio y toda la fiesta se situaba en la parte trasera del Hotel que tenía mirado, así que en recepción me recomendaron uno más tranquilo en el centro, en el que encima tenían cochera para guardar la burra. Engrase de la cadena, ducha, cena (tapita de jamón incluida, jeje), llamada telefónica a casa, un gin-tonic y al sobre, que mañana a las 7:00 h tocan diana.

Por cierto, me duele la muñeca derecha…

SEGUNDO DÍA. Monesterio (Badajoz) – Utrera (Sevilla). 572 km.

Nervios… hoy llegaría a Tarifa... Desayuno, gasolina, presión de neumáticos y a la carretera, que hay ganas de más moto...

Había leído en un libro de Viajes en moto por la península que éste tramo de la N-630 desde Monesterio a Sevilla era una delicia y es cierto: alcornoques, ciervos, curvas, cambios de rasante y poco tráfico. Son solo 75 km, pero merecen la pena, como así atestiguan los moteros de la zona con los que me empiezo a cruzar.

(Descanso en la N-630)

En Sevilla tomo la ronda para enlazar con la autopista AP-4 hasta Cádiz. Monotonía y atención a los posibles radares. Un cafelito. La muñeca sigue dando algo de guerra… El calor comienza a apretar. Un Barbadillo con unas patatas alioli en la plaza de la Catedral y a Tarifa por la autovía A-48 que se acaba convirtiendo en la nacional N-340.

(Cádiz)

El viento azota, pero no tanto como esperaba. Llegado a Tarifa, primer contratiempo del viaje: aparco, me guardo las llaves, tiro una foto y… al ir a coger las llaves ¡se ha atascado la cremallera del bolsillo del pantalón!. Imposible abrirla. Menos mal que llevo otro juego de llaves, si no, allí me quedo tirado... Para quitarme el bajón me voy a comer una de pulpo con mahonesa y un adobo con un par de birras, que hace la caló.

(¡TARIFA!)

(Tarifa)

A la salida, parada en el mirador del estrecho a ver la costa africana… El reto está cumplido, así que doy cuenta de un Reig 10 que me había traído para la ocasión. Gasolina. Ahora solo queda volver, pero no de cualquier forma…

Destino, Ronda. Vamos a disfrutar de unas curvitas. Así que pasado Algeciras, me desvío antes de San Roque por la A-405 y luego por la A-369. Del dolor de muñeca, nada de nada (es lo que tiene divertirse), pero tengo el dedo índice de la mano izquierda bastante molesto de tanto embragar para cambiar de marchas por este largo "puerto".

Paro en Gaucín con una pájara impresionante por el calor reinante. El Gatorade y un par de cigarros me reconfortan pero me veo incapaz de ir más allá de Ronda (a 20 km) y ya son las 6 de la tarde: mi idea de dormir en Carmona se me antoja imposible… Hojeo el plano y me planteo ir a Algodonales por la A-374, pueblo al que llego y no me seduce, por lo que con una coca-cola encima y tras hablarlo con un vecino, me recomienda tirar hasta Utrera por la A-375.

(Gaucín)

(Pueblos de la serranía de Gaucín)

Carretera y manta. Se me hace de noche. La pantalla llena de mosquitos. El sol escondiéndose y de cara. No veo nada. Estoy cansado. Voy con el piloto automático. Percibo que la moto y yo somos uno solo. Fluimos por las curvas. No soy consciente del volumen de la moto. Voy concentrado en la trazada. Fluimos...

2 horas después llego a Utrera. Me había metido 125 km por estos montes desde la pájara y no me había enterado. Encuentro alojamiento en la zona industrial. El dedo me duele. Engraso la cadena, ducha, cena (una de choco y un par de cervezas), llamada a casa y a la piltra.

TERCER DÍA. Utrera (Sevilla) - León. 738 km.

No he dormido muy allá. Tuve que dejar la moto en la calle toda la noche y me preocupa que le pueda pasar algo al "Tiburón".

Ducha, recoger todo y cafelito.

8:00 h. En carretera. No es que tenga muchas ganar de acabar “mi viaje”, pero el cansancio está haciendo mella y estamos muy lejos de casa. El dolor del dedo no ha desaparecido y me cuesta apretar el embrague, pero tengo ganas de más moto. Hoy será todo autovía...

(Saliendo de Utrera)

Segundo contratiempo del viaje: me paso el desvío en la ronda de Sevilla y acabo entrando en el centro de la ciudad. Vaya caos. Menos mal que preguntando (mejor a los taxistas) se llega a Roma, por lo que casi una hora después estoy en la A-66.

A la altura de Monesterio, me desvió a ver el castillo - fortaleza árabe de Montemolín y enseguida paro a almorzar y echar gasolina. Reviso presión de neumáticos y continuamos.

Autovía. Monotonía.

Comida en el área de servicio de Arapiles (Salamanca). Torreznos, montadito, cerveza y café. Gasolina y a la carretera. De aquí a Zamora el viento empieza a castigarnos más que en Tarifa… parece mentira. Estrenamos el nuevo tramo de la A-66 Zamora – Benavente.

Ya no sé cómo ponerme sobre la moto… El dedo y el trasero me hacen parar a descansar a sólo 60 km de casa. ¡Venga, ésta es la última parada!. Carretera. Llego a las 7 de la tarde. Esta noche hay vinos en el Húmedo…

Os dejo planos (nunca mejor dicho pues no llevo GPS) de la ruta del viaje.

(Trip del viaje)

EPÍLOGO

He querido relatar "mi viaje" para animaros a todos aquellos que teniendo ganas no se atreven: ¡VIAJAR, salir con vuestra moto!: no hacen falta supermega motos, ni irse demasiado lejos; tomar un destino que os motive, que no esté demasiado lejos para vosotros y disfrutar de "vuestro viaje". España es demasiado bonita como para no motearla.

RECOMENDACIONES

Como sabéis, "mi viaje" ha consistido en una salida más, pero más larga, es decir, que me he ido con mi moto y mi equipación habitual, pero si quisiera recomendaros un par de cosillas:

- Llevaros los dos juegos de llaves de la moto.

- Usar tapones de espuma en las autovías para reducir el dolor de cabeza.

- Las bebidas energéticas "obran milagros".

- Las fajas son fabulosas para las largas tiradas.

- Un simple candado de bicicleta permite dejar el casco atado a las asas de la moto.

CRÉDITOS

El consumo medio en los 1.960 km fue de 4,76 l/100 km (la autonomía media de los 22 l del depósito sería de 462 km).

La jornada media fue de unas 10,5 h/día, paradas incluidas, para recorrer 653 km (la media del viaje a Cabo Norte es de 500 km/día).

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